Charlotte Gainsbourg...

En el borde del acantilado estaba ella, mirando. La ligera brisa que corría ceñía a su cuerpo el suave y fino vestido blanco que la cubría, tenía los brazos cruzados sobre el pecho para protejerse del frío amanecer que estaba por llegar y el pelo le tapaba tímidamente los labios como indicándole que no tenía sentido intentar pronunciar una sola palabra...
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