YO NO TUVE PRIMERA COMUNIÓN

jueves, abril 20, 2006

Mimos (febrero 2006).

Acontecimiento que no propicia ni diviniza, no se captura para su posterior presentación presente (tarea imposible), sino que se acaricia, como la escena muda, “mímica”, de Mallarmé “no ilustra más que la idea, no una acción efectiva, en un himen (de donde procede el sueño), vicioso pero sagrado, entre el deseo y el cumplimiento, la perpetración y su recuerdo: aquí avanzando, rememorando allí, en el futuro, en el pasado, bajo una apariencia falsa de presente. Tal opera el Mimo, cuyo juego se limita a una alusión continua sin romper la luna: instala, así. Un medio, puro, de ficción” Alusión continua sin romper la luna, caricia, erotismo sutil que surge en una cadena de sustituciones posibles, un modo de entrever, entregar-se a un juego sin violencia, sin ruptura, íntimo.